jueves, 23 de enero de 2014

Félix de Lusitania (Jesús Sánchez Adalid)

Tenía que haber hecho esta reseña hace casi una semana pero no he tenido opción.. no me ha dado tiempo... ¡la vida es así!

Cuando llegaron los Reyes el día 6, nos trajeron algunos libros muy interesantes que me apetecía mucho leer pero, por cuestiones de trabajo, el día 9 tenía que volar a Lisboa y no quería llevar el bolso más lleno de lo habitual... Vamos, que si meto un libro en papel, me hacen pagar por exceso de equipaje.

Total que opté por elegir un libro para el e-book, un poco al azar, la verdad. Hombre, leer algo de Jesús Sánchez Adalid es un valor seguro pero tengo que confesar que no tenía ni la menor idea del tema del libro y que la sorpresa ha sido espectacular.

El libro me ha encantado. Aquí se podría terminar la reseña pero quedaría un poco coja comparada con las demás. Y perdería mi fama de "enrollarme como las persianas"....

La trama se desarrolla en torno al año 250 d.C. y Félix de Lusitania, el prota, es un militar oriundo de Emérita Augusta (Mérida) capital de Lusitania en la Roma de entonces. Curioso que nos dice que se ha criado en la vega del Anas, que es... el Guadiana, como era de esperar.

Tengo que incluir la cita que inicia la lectura porque creo que no tiene desperdicio. Es de Orígenes y dice así:
"Cuando mengua la luz en el alma humana y esta no está ya nutrida por el alimento natural que le es propio, las tinieblas lo poseen todo; por doquier se instalan tristeza y desgracia, y se produce un encuentro de potencias enemigas del alma. Entonces esas potencias operan tenebrosamente en los corazones de los hombres, instigando a una nación contra otra, a un reino contra otro".

El libro narra la vida de Félix de Lusitania desde el momento en que se halla peregrinando con un grupo de cristianos, entre los que se encontraba Orígenes, hasta que, tras varios años de dudas y cambios personales, decide bautizarse. Como curiosidad, el muchacho se va a la guerra a Singidunum que, como yo no sabía qué ciudad era, he hecho las correspondientes averiguaciones y he descubierto que se trata de Belgrado.

Por un lado, a mí me encantan las novelas de romanos, sobre todo cuando son narradas por alguien que sabe lo que dice, como es el caso de este autor. Y, por otro lado, se hace un estudio interesante de lo que eran los cristianos en aquellos momentos en que se les consideraba una secta "molestosa". (De hecho en un momento dado se dice: "...de toda esa basura, el cristianismo es lo peor"). Y este es otro tema que me interesa muchísimo y que me toca la fibra sensible.

Por otra parte, hay frases interesantes que se podrían sacar de ese libro y ser incluidas en cualquier escrito cuya trama se sitúe en el siglo XXI. Por ejemplo, Decio, antes de ser emperador, le dice: "Hay cientos de jóvenes que, como tú, están preparados y no pueden acceder al puesto que les corresponde por culpa de este maldito sistema corrupto". O la reflexión que hace el propio Félix: "No he conocido los tiempos antiguos, pero llegué a creerme que había vivido en ellos a fuerza de escuchar constantemente lo mal que iban las cosas en el presente y lo deseable que era retornar al pasado". Y, como última muestra: "Había tal deseo de placer que a veces se tenía la impresión de que el mundo se iba a terminar al día siguiente. Sería porque todo cambiaba veloz y desenfrenadamente, y más que nada las costumbres".

Todo el libro es una lucha interna de Félix, que ha conocido a Jesús, le ha convencido bastante pero no se atreve a dar el paso de enfrentarse a que de verdad eso es lo que quiere. Se siente muy inquieto porque no puede entender el misterio de la cruz. Para él, eso es una debilidad que no puede atribuirse a un dios: "... me topé de frente con el misterio más incomprensible de la fe de los cristianos: la cruz. Para mí, que era  romano, como para los griegos, significaba necedad. La muerte del crucificado no tiene nada de la fuerza, ni de las cualidades del dios... Mi idea de lo divino, como la de los hombres de mi tiempo, era sublimidad, fuerza y potencia; lo cual era incompatible con la oscuridad y el dramático sobresalto de la cruz."

Félix se casa en Cartago con Fidelia, que está muy cercana a los cristianos. Félix la deja que siga reuniéndose con ellos, en la creencia de que es una diversión más y que, si eso hace que sea feliz... ¡adelante! Pero Fidelia le va contando cosas que van entrando en su alma poco a poco y le hacen cuestionarse muchas más cosas: "Pero una moral así exige un gran sacrificio. No creo que a nuestro mundo, malvado y egoísta, le interese."

Fidelia le plantea las cosas como ella las ve y trata de convencerle de que es una opción de vida que puede merecer la pena: "Pues que el amor es el misterio central del cristianismo. Su Dios es amor ¿No se lo has oído decir una y mil veces? Y nada se sustrae a la fuerza del amor de un Dios así: nada, Félix, nada, ni la muerte misma. Por eso siento aquí dentro que Él nos resucitará".

Podría seguir incluyendo frases y frases porque el libro está repleto de reflexiones que me han encantado y que me gustaría dejar aquí. No puedo incluirlas todas pero quiero dejar algo de lo que Tascio Cecilio Cipriano le cuenta a Félix en una de sus charlas: "Porque Dios no mira el mundo como nosotros, que nos aferramos a lo que vemos como si fuera lo único  existente. La mirada de Dios es más amplia y va más lejos. Y Él, como Dios, se reserva su misterio."

Félix acaba bautizándose y es cuando siente de verdad y dice: "Le llamé "Señor" pues le deseé dueño de mi alma y de toda mi vida. Supliqué por los míos, por el mundo, por la salud, por la paz,... pedí vida, porque la vida es Él. Y le rogué que me alzara del polvo."

Voy a terminar ya, porque va a ser más larga la reseña que el propio libro... De verdad, lo recomiendo encarecidamente. Hace un estudio estupendo de la sociedad romana y presenta fantásticamente a los cristianos de aquella época y las bases del cristianismo.

Para cerrar, una frase de Fidelia para meditar: "¿Por qué buscaremos la felicidad en lugares tan complicados? Creo que casi todo el mundo está de acuerdo en que ser feliz es algo muy sencillo. Se puede ser feliz con tan poco..."

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