domingo, 12 de mayo de 2013

El maestro del Prado y las pinturas proféticas (Javier Sierra)

Tengo que confesar que tengo debilidad por Javier Sierra. Leí por casualidad, hace mucho tiempo Las puertas templarias que me fascinó. Era de esperar: thriller artístico-religioso basado en los templarios... Desde entonces, soy seguidora suya y creo que he leído todo lo que ha escrito
Además, las oportunidades que he tenido de escucharle en radio o televisión me han dado una imgen suya como una persona sensata, con una serie de intereses culturales artístico-esotéricos, con una gran cultura y con las ideas claras cuando se trata de diferenciar entre novela y realidad.

Tras todo esto, no parece sorprendente que haya leído el último libro que ha publicado. Lo malo es que lo he leído en el e-book y eso supone un problema cuando en el libro se incluyen una serie de cuadros del Museo del Prado en el que hay que distinguir detalles pequeños y significativos. Con una imagen pequeña en blanco y negro, es muy complicado encontrar pequeñas cosas en El jardín de las delicias, por ejemplo. Eso sí, como el libro ya lo he regalado en papel, espero que mi suegro me lo preste cuando lo haay leído, para poder ver mejor los cuadros de los que habla.

No he dicho aún, pero es evidente, que me ha gustado muchísimo. Como todos sus libros, se lee estupendamente. Y me da mucha pena no tener una memoria en condiciones para poder luego contar todo lo que he leído.

La idea general es que hay una serie de cuadros en el Museo del Prado (y en todas partes, pero en este caso se refiere al estupendísimo museo de Madrid) que pueden suponer una puerta a lo sobrenatural, al más allá. Con esa idea central, va desgranando detalles de diferentes cuadros y de su historia que son fantásticos.

Es evidente que cada uno podemos estar o no de acuerdo con esa idea de paso a lo sobrenatural pero, con lo que sí hemos de estar completamente de acuerdo es con la idea que nos dice en el libro: "Cuando leemos un libro que nos conmueve entramos en un estado mental diferente. Es como entrar en otro mundo. Cuando admiramos una pintura o escuchamos una melodía que toca algo en nuestro ser más íntimo, sucede lo mismo. Es como si lográramos elevarnos por encima de lo material y, por un instante, fuéramos capaces de participar de algo sublime."

A partir de ahí, nos habla de cada cuadro, de cada promotor de la pintura, de cada autor... Y se aprenden muchísimas cosas curiosas. Por ejemplo, cuenta un poco la historia de la Heilige Lanze, la lanza de Longinos. Al parecer era una de las reliquias que consiguió Felipe II (que tenía, además, en El Escorial 7422 huesos de santos...) y siempre se le han atribuido poderes sobrenaturales, desde el primer momento, puesto que dicen que Longinos se curó de su enfermedad en el momento en que clavó la lanza en el costado de Cristo...

También nos cuenta una historia del Santo Grial que hay en la catedral de Valencia, que dicen que es el auténtico porque, aunque es bastante valioso, dicen que podría ser una copa que podríatener alguien como José de Arimatea, que era de los "pudientes" de la época Y parece que terminó en España porque un diácomo, Lorenzo, administardor de Sixto II se encargó de mandarlo a España, a Huesca, con su familia, cuando mataron a Sixto II y previó que podría haber probelmas. Este diácono, Lorenso, fue el que acabó qumado en una parrilla...

Y, luego, toda la historia (que yo no había oído nunca) de que hubo dos niños Jesús, dos mesías, de familias cercanas con dos Marías diferentes. Hay que reconocer que la idea está muy bien traída y resulta muy interesante de leer.

No puedo dejar de reseñar que he aprendido de donde viene la palabra "glamour". Parece increíble pero es de origen....¡irlandés! (¡la lata que da Irlanda!). Al parecer es la palabra que utilizaban las hadas para describir los hechizos que te hacen ver la realidad de un modo diferente. ¡Ahí queda eso!

En fin, que es un libro muy recomendable. Cuando uno lo lee hay que saber que cada uno tiene que elegir lo que le parece coherente o no, pero es cierto que todo queda muy bien documentado. Y se aprende mucho de arte, lo que es genial para los que, como yo, disfrutamos con la contemplación de los cuadros pero no sabemos muy bien por qué.

Dejo, para terminar, una cita del pintor Nocilas Puossin que aparece al principio del libro "Las cosas de perfección no hayque mirarlas con prisa sino con tiempo, juicio y discernimiento. Juzgarlas requiere el mismo proceso que hacerlas"

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