lunes, 22 de abril de 2013

A la sombra del templo (Toti Martínez de Lezea)

He leído vaias coas de esta autora y me gusta mucho, la verdad. Así que, encontré este libro y me apeteció ponerme con él.

Está muy bien. Es novela histórica y nos traslada a 1522 en el momento en que nombran Papa a Adraino de Utrecht, Adriano VI, que a la sazón, estaba en Vitoria en esos días. Debido a eso, había mucha gente por todas partes porque Adriano VI, antes que Papa era regente de los reinos de España en nombre de Carlos V (ponemos el orden de Alemania por si Angela Merkel está leyéndolo, no vaya a ser que se nos enfade...)

Es curioso porque parece ser que a Adriano VI no le gustaba nada el fasto y la opulencia, era bastante austero y quería reformar la Iglesia para que recuperara el espíritu cristiano perdido... No sé ¿dónde habré oído yo eso alguna otra vez?

El templo es Santa María, en Vitoria. Lamentablemente, es una ciudad que no conozco, así que me tengo que fiar cuando dicen que es el templo más antiguo y más querido de la ciudad.

Transcurre en unos dos o tres meses, lo que hace que la obra sea muy dinámica y nos enseña toda la hipocresía que movía la sociedad del momento que vivía de muchas apariencias y en la que con dinero se compraba a mucha gente (vaya, lo mismito que ahora pero sin whatsapp...).: "Era una lástima que las miradas estuviesen puestas en pobres viejas analfabetas, a las que se acusaba de brujería sin fundamentos sólidos y no en hombres como el procurador que, sin echar mano de la magia, hacían y deshacían a su antojo".

Tengo que decir, sin embargo, que hay algunas cosas que se me han escapado un poco. Hay tantas familias de "rancio abolengo" que están unas en cotra de otras  y aliadas con las de más allá, que en algunos puntos me he perdido un poco. Eso sí, aparece el condestable Velasco, que cunde mucho porque va apareciendo poquito a poco por todas partes y a mis hijos, los Velasco pequeño, se les está subiendo a la cabeza eso de que tienen una familia de un cierto empaque.

Llama mucho la atención lo de los cristianos viejos. Ay que ver qué complicado era eso y los probelmas que traía tener un familiar judío. Suena horrible leer cosas como "... hijo de un médico marrano..." ¡Qué barbaridad! Y eso de no permitir a alguien llegar a cierto nivel social porque su tatarabuelo era judío... A mí no me cabe en la cabeza.

Lo que estaba bien de esa época es que los tíos decían cosas más bonitas que ahora. Por ejemplo, un chavalín (soldadito él) le dice a la muchacha de la casa de postas (que se llama Isabel y es una de las protas):
Yo no nacía sino para quereros
mi alma os ha cortado a su medida
por hábito del alam misma os quiero
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.
Vamos, a mí me da un algo si me dicen eso. Igualito que si se me presenta Justin Bieber chillando eso de "Baby, baby, baby..."

No me alargo más. La historia es muy entretenida y se pasa un rato agradable leyéndola. Tiene su puntito de intriga, de honor, de cultura y, por supuesto, su puntito rosa porque tiene que haber chico y chica... es de rigor.

Cierro con una reflexión de un maestro que aparece en el libro "Omnis homo mendaz" (Todo hombre es un mentiroso)... ¿Será verdad?

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