domingo, 14 de junio de 2020

Las invitadas secretas (Benjamin Black)

Me encanta Benjamin Black. He de confesar que me gusta más Benjamin Black que John Banville, y eso que John Banville también me gusta mucho...

En el propio libro, nos dicen que es "uno de los narradores más elegantes de la lengua inglesa". Estoy convencida de que es así. Eso sí, me acabo de dar cuenta de que tengo que leerle en versión original... es mi próximo reto.

En algún momento oí que podría ser un firme candidato al Nobel. Lo cierto es que, para mí, el Nobel ha perdido gran parte de su prestigio (por muchas razones que iré contando en algún momento) pero aún así, me haría mucha ilusión que se lo concedieran.

Mi marido lo leyó primero y me decía que no era trepidante. Creo que es una definición perfecta... No es trepidante, pero es genial. Yo lo he pasado maravillosamente bien leyéndolo....

Para ponernos en situación, estamos en la Segunda Guerra Mundial, en el momento de los bombardeos más duros sobre Londres. La familia real decide que hay que sacar a las princesas Margaret y Lilibet del país y, después de valorar varias opciones, se decide que vayan a Irlanda. Pero, eso sí, de incógnito, con los nombres de Ellen y Mary.

Y ahí comienza nuestra historia porque vamos a tener sobrevolando la sombra del IRA y la posibilidad de que quisieran secuestrar a las niñas. Así que hemos de contar con la protección de Celia Nashe, agente del MI5 y del subinspector de la Garda,  Strafford (que es, sin duda, mi personaje favorito de la novela).

Las niñas aterrizan en Clonmillis Hall, la mansión de Sir William Fitzherbert, duque de Edenmore, un sitio aburrido, aburrido donde los haya. Debe de ser bonito, amplio, seguro y todo lo que se quiera pero... ufffffffffff... ¡pobres crías! Nadie tuvo en cuenta que tenían 10 y 14 años.

No voy a contar nada, hay que leerlo pero sí voy a dejar lo que le dijo a Celia una mujer a la que tuvo que custodiar: "Ustedes los ingleses se creen los sueños legítimos del mundo, como si el pueblo elegido fuesen ustedes y no los judíos". ¡Lo ha clavado! ¡Tal cual!

Los personajes son maravillosos, tan localizados en su papel... : el ama de llaves, la Sra. O'Hanlon; el mayordomo, Hynes; la doncella, Maggie... absolutamente perfecto.

Uy, y he aprendido una maravillosa palabra nueva, "pendiculación", acción y efecto de estirarse o desperezarse... ¡increíble! Tengo que buscar la manera de utilizarla... es una palabra encantadora.

Voy a cerrar ya, como siempre, con una reflexión: "...los hombres que se creían importantes nunca desaprovechaban una oportunidad, por muy trivial que fuere, de demostrar su importancia".


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