viernes, 12 de julio de 2019

Hotel Silencio (Auður Ava Ólafsdóttir)

He de decir que lo peor del libro es escribir el nombre del autor... ¡madre mía!

En fin, parecía que podía estar bien pero... no me ha gustado mucho. Tiene sus puntitos, por supuesto, pero no me ha enganchado nada.

Según el propio libro: "Con mucho humor y sutileza, Ólafsdóttir deja claro que las heridas particulares, vengan de donde vengan, solo cicatrizan en común". Lo de "con mucho humor" me ha pillado por sorpresa... Sinceramente, no lo he encontrado por ninguna parte. En cuanto a lo otro... bueno, se puede ver así, lo dejaremos estar...

Voy a dejar otra opinión que nos deja Bethany Ball (que es una escritora a la que yo no conocía): "Con humor y una prosa sencilla y conmovedora, Hotel Silencio narra la historia de un hombre y su pasado y la comunidad en la que se encuentra a sí mismo...". Vuelve al tema del humor... ¿seré yo la rara?

Nuestro prota es Jónas Ebeneser. Según él mismo es: "Varón. Divorciado. Heterosexual. Indefenso. Sin vida sexual. Un manitas". Está a punto de cumplir 49 años y su ex le cuenta que su hija no es en realidad hija suya... ¡yupi! Y decide que se quiere suicidar. Pero, claro, para no traumatizar a nadie, piensa que lo mejor es irse lejos, y se marcha a un país que está devastado por una guerra que acaba de terminar.

Allí conoce a los hermanos que dirigen el hotel y, entre que arreglo esto y que arreglo aquello, que hoy no me va bien suicidarme, que mañana tampoco... al final descubre que no se está tan mal viviendo...

Y así estamos... A mí se me ha hecho largo, pesado y un poco aburrido pero, por supuesto, hay gustos para todo y habrá quien piense que es estupendo.

Me ha llamado la atención una frase de la madre de Jónas: "Cada sufrimiento es único y diferente (...) por eso no se puede comparar uno con otro. En cambio, la felicidad es toda muy parecida". Vuelvo a recordar la primera frase de Guerra y paz, de Tolstoi: "Todas las familias felices se parecen entre sí; las infelices son desgraciadas en su propia manera". Ummmm, últimamente me encuentro mucho esta frase...

No me da para mucho más, así que voy cerrando con una frase que me ha llamado la atención por lo tristísima que es, y lo duro que debe ser pensar algo así: "Ya no creo en Dios y me temo que él ya no cree en mí".


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