viernes, 5 de octubre de 2018

Mujeres que compran flores (Vanessa Montfort)

En mi línea habitual, elegí este libro porque el título me pareció muy curioso. No sabía en absoluto qué esperar de él pero he de decir que me ha gustado. Y me ha gustado mucho.

Vamos a conocer a unas cuantas mujeres que compran flores. ¡No he dicho mucho...! Empecemos...

Tengo que confesar que la novela no empezó muy bien. Cuando Marina pasa por la floristería dice: "Traspasé la verja con cierto recelo siguiendo un camino de baldosas amarillas y con la secreta esperanza, ahora lo sé, de que al final de ese camino me esperara el Mago de Oz". Como sabe cualquiera que me conozca, soy incompatible con el Mago de Oz... ¡es así! Hay novelas que me gustan más, otras que me gustan menos... y luego está El Mago de Oz. Así que pensé que ya podía descartar la novela. Pero me quedaban muchas páginas...

Así que, seguí con ella y me dí cuenta que lo del Mago de Oz debió de ser un desliz de la autora.

En esta novela vamos a conocer a varias mujeres maravillosas. Y el nexo de unión va a ser Olivia, la dueña de la floristería "El jardín del ángel" (en realidad, nadie sabía si era suya o la tenía alquilada, pero eso es lo de menos)

Según Olivia, a cada persona le corresponde una flor y cada flor tiene un significado especial.

Os voy a presentar a las protagonistas, tal como las presenta la autora:

  • Marina - sufre el síndrome del copiloto porque siempre ha necesitado que su pareja le marque el rumbo. Hasta que su pareja ha fallecido... Su flor es la violeta, símbolo de la humildad y la timidez.
  • Gala - sufre el síndrome de Galatea. Cree que las mujeres tienen hoy todos los derechos, "salvo el de envejecer". Su flor es el lirio blanco por la coquetería.
  • Aurora - el suyo es el síndrome de la bella sufriente. "Confunde el amor con la obsesión". Su flor es la caléndula, la flor de la pena.
  • Victoria - aquí nos enfrentamos al síndrome de la omnipotente, que cree que puede con todo y ha decidido hacerlo. La flor es la del membrillo, por la tentación.
  • Casandra - es el síndrome de la superwoman, "antes de depender de nadie se aplicaría la eutanasia activa". Su flor es la orquídea azul, por el relax que le falta.
No habla de Olivia, pero cuando la vamos conociendo nos vamos dando cuenta de que es una mujer muy especial que tiene un superpoder: "Sabía ver dentro de las personas y las ayudaba a transformarse", en palabras de Gala.

Marina aterriza en el barrio después de que fallezca su pareja, Óscar. Tiene 40 años, es licenciada en Arqueología y está vagando sin rumbo hasta que empieza a trabajar para Olivia. Y allí conoce al resto de la "pandi".

Toda la novela es un canto a la amistad (aunque parezca un poco cursi). La amistad de unas mujeres que, aparentemente no tienen nada que ver las unas con las otras, pero que, no se sabe por qué, las hace disfrutar cuando están juntas, ser más felices y descubrir cómo hacer más felices a quienes las rodean.

Me ha gustado mucho algo que cuenta la autora: "... un artículo de Luis Rojas Marcos en el que explicaba que la mujer española era la tercera más longeva del mundo. Y lo más divertido y chocante era que, según su razonamiento, se debía a que hablamos mucho". Según esto, yo debo de ser prácticamente inmortal... Y conozco a alguna más que me va a hacer compañía...

Otra cosa que me ha encantado es uno de los proverbios de Olivia: "Cuando se siente no se piensa y cuando se piensa no se siente". ¿Por qué me ha gustado tanto? Porque es lo mismo que decía el Dr. Merino en No me gustan los lunes uno de los relatos que más me gustó en Madrid negro. ¡Qué casualidad!

Es una novela que revela muchas de las cosas que hacemos muchas mujeres. Yo me he visto reflejada en miles de momentos. Y he descubierto también a muchas de mis amigas. "Hemos sido tan asquerosamente responsables que podríamos hacer un millar de maldades y nos saldrían gratis"

Como dice Victoria: "El problema es que las mujeres de hoy somos como software revolucionario que se ha instalado en un ordenador obsoleto, y por eso no para de colgarse y colgarse y hacer cortocircuito"

No es una novela feminista (si lo fuera, probablemente no me habría gustado) pero sí es una novela en la que se expresa muy bien cómo reaccionan las mujeres ante determinadas circunstancias. Como dice Gala, "Yo prefiero ser mujer aunque solo sea por llevar tacones". ¡Esa es mi chica!

Tengo que ir cerrando porque me estoy alargando. Pero me encantaría dejar aquí una reflexión un poco larga de Marina. (No puedo evitarlo): "Ser madrileño tiene sus peculiaridades. Una de las más curiosas es que todo está a cinco minutos aunque para llegar a tu destino sea necesario coger tres transbordos. La otra es que todos, indefectiblemente, vivimos en el centro, aunque la mayoría de las veces indica que vives dentro del cinturón de la M30. Otra peculiaridad aún más curiosa que contraviene las leyes físicas es nuestra teoría de la relatividad aplicada al espacio-tiempo. El famoso estoy llegando".

Y ahora sí que cierro de verdad, recomendando que se lea esta novela para pasar un rato muy agradable. Me he dejado todo sin contar, así que pueden encontrarse muchísimas sorpresas.

Pero tengo que dejar una frase que debe hacernos pensar: "¡Porque vivir es una tarea urgente!"

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