domingo, 14 de octubre de 2018

Y al final, la guerra (Lorenzo Silva / Luis Miguel Francisco)

Cuando abrí este libro ya sabía que no era novela, pero también sabía que me iba a gustar. Lorenzo Silva no me falla nunca...

Ha sido un descubrimiento. Un descubrimiento de lo que sucedió en Irak con las fuerzas españolas desplazadas allí, un descubrimiento de los sentimientos de todas esas personas dispuestas a dar la vida por sus compañeros y su país, un descubrimiento de unas condiciones y unas situaciones que no nos habían contado... Sin más: un descubrimiento.

Los propios autores nos cuentan quiénes son: "Un novelista cuyo oficio es urdir y contar historias, y un militar profesional con inquietudes literarias y experiencia en misiones internacionales de paz..."

No voy a entrar en si se debió enviar fuerzas en aquel momento o no. No sé si tengo criterio suficiente para tener la idea clara... y no sé si quiero ponerme a pensarlo ahora, después de tantos años, pero sí que es muy ilustrativo que se nos explique de esta forma qué es lo que pasó. Porque iban en misión de paz y fueron a la guerra.

Y Lorenzo Silva nos dice algo muy interesante: "Yo pienso (...) que la vida de quien se ofrece a perderla debe valorarse especialmente por quien puede tomar la decisión política de arriesgarla, y que solo cabe hacerlo en caso justo y necesario".

A mí, los militares siempre me han parecido admirables. Y he dicho muchas veces que habría sido militar (pero antes lo de las mujeres en el ejército no era aún aceptable,y yo no sé si tendría valor...), así que me ha hecho pensar algo que nos cuentan en el libro: "Pero la diferencia más ingrata entre un soldado español, un inglés o un americano es el respeto que su pueblo le tiene. En Gran Bretaña un militar, por lo que representa, tiene un cierto estatus. En España, el soldado profesional siente que para una buena parte de la población solo es un colgado, con frecuencia un facha o Dios sabe qué". Me parece muy triste.

Me ha encantado que la Brigada Multinacional Plus Ultra (BMNPU) la llamaban "Winipú": "Con la irónica alusión al tierno osito se ponía de manifiesto la inocencia con que se estaba actuando contra la denominada resistencia iraquí". Sea con la connotación que sea, hay que reconocer que el nombre tiene su puntito.

Estoy viendo las notas que he tomado para hacer esta reseña y podría escribir un libro casi tan largo como el original, así que creo que voy a recortar... No voy a ser capaz de resumir en una reseña sin pretensiones (como todas las mías) el esfuerzo, el sufrimiento, el dolor, el trabajo, el entusiasmo de todos esos hombres y mujeres que estuvieron allí desplazados.

Así que, hay que leer el libro para que los que saben escribir de verdad consigan transmitir lo que a mí se me queda en el tintero.

Voy a dejar una reflexión que me ha llamado mucho la atención: "Hay dos tipos de hombres - explica Núñez - los que les tiemblan las piernas cuando están en peligro y los que no; y uno no sabe de que tipo es hasta que no está en situación de arriesgar la vida. Hasta ahí yo no supe que no me tiemblan". La situación de la que habla, la cuenta previamente, claro, y hay que tener una pasta muy especial para ser como él.

Cierro con dos cositas más, que no me puedo dejar en el tintero, recomendando que se dedique un tiempo a leer este libro. No deja indiferente.

Por un lado, un dicho de los militares: "Ningún plan de ataque sobrevive al primer contacto con el enemigo"

Y por otro lado, una frase de José Hierro que introduce el libro: "Después de todo, todo ha sido nada, a pesar de que un día lo fue todo"

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