domingo, 12 de noviembre de 2017

Museo animal (Carlos Fonseca)

Me regalaron este libro por mi cumpleaños y solo con hojearlo me di cuenta de que sería una novela complicada.. No sé por qué, pero es una intuición que me funciona casi siempre.

Eso sí, era un regalo, así que no podía dejar de leerlo. Dilaté un poco el momento con excusas estupendas de las que me doy a mí misma sin necesidad... Pero al final, empecé.

Me ha parecido una novela con un lenguaje fascinante. Es verdaderamente maravilloso ver cómo es autor maneja el castellano. Y no es fácil encontrar algo así.

Ahora bien, la novela es tan tremendamente filosófico-psicológica (término que me acabo de inventar) que he llegado al final sin saber realmente qué ha pasado... No creo que el tema pueda dar para tantas páginas...

Y me molesta, me molesta mucho... Da tantas vueltas a lo que quiere contar, lo complica tanto, que no te deja disfrutar de cómo lo está diciendo, que es de verdad fantástico.

No sé muy bien quién es el verdadero protagonista... Intuyo que debe de ser Vivivna Luxemburgo (cuyo nombre real es Virginia McAllister) a la que juzgan por hacer que quiebren determinados operadores económicos, aunque ella cree que lo que hace es arte, al lanzar noticias falsas... En fin, eso es lo que yo "creo". Es posible que el autor haya querido otra cosa y yo me haya perdido. (Y perderme, me he perdido, eso es un hecho...)

En un momento dado, una especie de prota de la novela nos dice: "Mi vida había sido interrumpida por una llamada tempranera y al cabo de dos años de labor todavía no me quedaba claro hacia dónde iba la cosa" Y así es como estoy yo después de haber leído la novela.

No sé qué decir... Si alguien que lo haya leído ve ahora mi reseña podrá pensar que estoy tontorrona y que no tengo capacidad de discernimiento. Asumo cualquier acusación... Es así, pero no puedo hacer más. He llegado a pensar que tendré que volver a leer la novela dentro de un tiempo, en otras circunstancias, por si el problema ha sido el momento... Pero no sé si lo haré. Lo mismo me pasó con Ulises de James Joyce (salvando las distancias, claro) y sé que ni siquiera lo voy a intentar.

Pero vamos, como escritura, es desde luego, un regalo... De eso no me cabe ninguna duda. Es posible que lo que haga sea leer algo más del autor, a ver si así le voy cogiendo un poquito más el truqui y me resulta más cómodo.

Hay algunos personajes que me gustan, como el abogado Luis Gerardo Esquilín y el sargento Alexis Burgos. También me gusta Tancredo, y su intuición: "...el mundo se llenaba de chatarra informativa y algún día no habría espacio para tanta basura". Creo que ya estamos llegando a ese momento...

Poco más me queda... Voy a cerrar con un valor seguro, una cita de Oscar Wilde: "No hacer absolutamente nada es la cosa más difícil del mundo; la más difícil y la más intelectual". Ahí queda eso...

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