jueves, 28 de julio de 2016

Donde los escorpiones (Lorenzo Silva)

Ya ha debido quedar claro en este blog que me encanta Lorenzo Silva y soy una fiel seguidora de Bevilacqua y Chamorro... Así que no podía dejar pasar este último. Y, ¿qué mejor sitio que la Feria del Libro para comprarlo?

En esta novela nuestros protas tienen que irse a Afganistán, a Herat, la base internacional en la que están las fuerzas españolas. Ha fallecido Pascual González Barrantes, un hombre muy peculiar, ya veterano en misiones bélicas especiales. Tendrán que ver si se ha tratado de un "atentado" talibán o si es una muerte debida a otras causas. Claro, se trata de un recinto cerrado, con lo que los posibles sospechosos se reducen bastante.

Como siempre, los personajes son fascinantes. Además, en esta novela yo me he podido dar cuenta (un poquito) de lo que supone estar desplazado en este tipo de misiones. "Los militares tienen un dicho: estando de misión, todos los días son lunes y la jornada es de todas las horas que uno pueda aguantar".

Y también he aprendido muchas cosas, como lo que es un "lohar", una especie de hoz para cortar la amapola de la planta de la adormidera. Es con este instrumento-arma-herramienta con la que han matado a la víctima. Pero es que, por lo visto, es muy típico de la zona y lo venden en todas partes, incluidos los mercadillos...

Me ha gustado mucho una cita de un guardia civil con el que empezó Vila: "Quien teme morirse se muere varias veces al día, todos los días de su vida. Quien no, se muere cuando toca y ya está." Lo cierto es que me ha hecho reflexionar...

También hay una reflexión de Vila muy interesante, que nos podemos aplicar todos, sobre todo con las cosas que están pasando y que obviamos porque no nos gusta verlas... "Ojos que no ven, corazón que queda indemne, asegura el refrán castellano, pero los ojos que una y otra vez dejan de ver, acaban siendo indicio de corazón ausente o endurecido." Vamos a tener que mirar un poco más, para ver, para entender y para que el corazón se nos encoja de verdad y nos haga reaccionar.

Como escribo mal con la mano izquierda, tengo que cortar pronto... Lo hago muy mal y me canso mucho...

No puedo dejar de recomendar el libro porque me ha encantado... Es estupendo y un poco diferente de los demás de la serie.

Y acabo con dos citas, una de Raymond Chandler: "La poesía, esa fuersa que vacuna contra el peligro de acabar alimentándose de tus propias ocurrencias y volviéndote uno de esos hombres pequeños que han olvidado cómo rezar."

Y otra de Platón que no tiene desperdicio...: "Lo justo no es más que lo útil para el más fuerte." ¡Ahí queda eso!

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