miércoles, 8 de octubre de 2014

Ciudades de papel (John Green)

Se me presentó la oportunidad de leer este libro y... ¡no lo iba a dejar!

Lo primero, quiero dejar aquí lo que es una ciudad de papel, según el propio libro nos lo dice: "Los cartógrafos crean lugares, calles y municipio ficticios y los colocan en un lugar poco visible de su mapa. Si la entrada ficticia aparece en el mapa de otro cartógrafo, es evidente que ese mapa ha sido plagiado. A estas trampas también se les denomina trampas clave, calles de papel y ciudades de papel".

Parece ser que el autor escribió el libro basado en un experiencia personal cuando se enfrentó a una de estas ciudades de papel.

La novela narra la historia de Quentin "Q" y Margo Roth Spiegelman. Son vecinos y "coleguitas" desde siempre pero ella forma parte del grupo de los "guay" del instituto y él, no. Pero a él ella le gusta mucho y, cuando desaparece, decide hacer todo lo posible para encontrarla.

El libro se llama así porque Margo le dice que la ciudad en la que viven, Orlando, es una "ciudad de papel" "Dijo que es una ciudad de papel. Ya sabes, todo tan falso y poco sólido".

Al parecer, el objetivo del autor es hacer que nos planteemos la pregunta siguiente: "¿Vemos en los demás y en nosotros mismos, solo aquello que queremos ver?

Vamos a ver, a la pregunta todos podemos dar una respuesta inmediata. A lo mejor, lo tendríamos que pensar un poquito, pero seguro que podríamos responder.

Eso, por una parte. Por otra, no creo que sea necesario escribir un libro así para que nos lo preguntemos. No es que el libro no me haya gustado, no. Es un libro tranquilo, interesante, simpático, que se deja leer muy requetebién. Pero a mí los libros tan simbólicos... no sé... Soy un poco torpe y necesito que me cuenten las cosas más claras.

Cuando empecé a leerlo, pensé que era un libro para adolescentes y creí que podría ser interesante para que lo leyeran mis hijos. Y lo sigo pensando, la verdad.

Es muy posible que los adultos tengamos el mismo problema que los chavales y no sepamos ver por delante de nuestra nariz, sin saber en realidad lo que son y lo que piensan en realidad.

Pero por otro lado, yo me hago otra pregunta: ¿no puede ser que haya quien no quiera que se le conozca? Porque eso también puede pasar. A lo mejor con mi familia y mis amigos puedo ser yo misma y, sin embargo, en el trabajo ser solo una hormiguita que trabaja todo el tiempo sin dar muchas pistas de lo que pienso y quiero en realidad.

Quentin dice en un momento dado: "Necesitaba descubrir cómo era Margo cuando no estaba siendo Margo"... Me parece bien. Pero hay veces que la gente da las pistas tan sutiles que es imposible avanzar...

Vaya, que esto se está convirtiendo en una reseña muy poco relacionada con el libro.

Así que, voy a ir cerrando, por una frase de Emily Dickinson que está en el libro y me ha gustado bastante: "El futuro está formado por ahoras".

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