sábado, 16 de noviembre de 2013

Verdades alteradas (Boris Izaguirre)

Lo primero que se me ocurre decir es "¿por qué he leído yo este libro?". Lo cierto es que me lo ha prestado mi mami. Ella dice que yo le dije que lo quería leer, así que será verdad (porque mi madre no dice mentiras). Supongo que en algún momento de enajenación mental me parecería que podría ser interesante leerlo y lo comenté. Ella se acordó y me lo ha traído. Y yo, que no sé dejar un libro sin leer, lo he leído.

La reseña podría terminar aquí pero voy a escribir algo más porque me da un poco de vergüenza dejarlo así de soso...

El resumen general es que el libro no me ha gustado. Probablemente se deba en gran parte a que el autor no me gusta nada. ¡Ojo! estoy convencida de que es un hombre culto y debe ser una persona muy interesante pero vive de un personaje que a mí no me atrae en absoluto. Creo que una vez le escuché hablar en un programa de radio y tengo un buen recuerdo de aquella entrevista porque se despojó de la coraza de personaje pseudo estrambótico y transgresor. Pero no es lo habitual.

Eso sí, he descubierto que Boris Izaguirre es  la misma edad que mi marido pero ha tenido una vida mucho más intensa... Lo que viene a demostrar una vez más que en mi familia tenemos todos una vida muy aburrida... ¡una lástima! Claro que nosotros, después de trabajar todo el día, tenemos que llegar a casa y encargarnos de luchar con los enanos y sus estudios y con la casa y sus problemas, así que nos es materialmente imposible irnos a cualquier fiesta, la dé quien la dé y sea fiesta sorpresa o no lo sea.

He intentado contar las veces que aparece la palabra "divino" en el libro pero lo tuve que dejar porque me perdí...

Además, aparecen personajes del mundo del espectáculo, cuyas vidas a mí me interesan muy poquito con lo que los capítulos en que más se hace referencia a ellos... me dejan un poco fría.

Hay que reconocer que el libro está bien escrito, eso sí es verdad y, si el tema me pudiera interesar, a lo mejor hasta estaba bien.

Pero estaba deseando acabarlo para pasar a otra cosa. Quizá el problema es que venía de leer dos libros que me habían encantado y por eso me ha parecido menos interesante, no lo sé.

De todas formas, ya he cumplido: he leído algo del fenómeno social que fue y sigue siendo Boris Izaguirre.

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