jueves, 13 de octubre de 2016

El jurado número 10 (Reyes Calderón)

Sigo leyendo cosas de esta autora... Me gusta mucho. No sólo tiene unos personajes estupendos, sino que las historias son muy interesantes, no son repetitivas, tienen finales impredecibles pero no circenses, enganchan desde el principio hasta el final... Y no se hacen largas...

Lo tiene todo.

Y esta novela también me ha gustado un montón. Es muy curioso porque el tema podría ser escabroso... pero no se entiende así mientras uno lee la novela.

Hablamos de un abogado, Efrén Porcina, que se establece por su cuenta con una secretaria, Salomé, peculiar donde las haya. Él mismo se define como "abogado en ejercicio, con bufete propio en una capital de provincia".

Por complejas circunstancias, el noviete de turno de Salomé aparece muerto y descubren que no era tan simple y noble como podía haber parecido... Y ahí se empieza a embrollar todo incluyendo mafiosos, drogadictos, falsificación de pruebas, policías corruptos... Una mezcla de lo más sorprendente.

Efrén es estupendo, y Salomé, encantadora a su manera. Pero se puede sacar mucho de ellos... Y hacen reflexiones muy curiosas... "Aunque haya tantas excepciones que ya no haya causa, lo propio de la gente es quererse y respetarse, reír, buscar la felicidad". Y lo incluyo aquí porque parece que se nos está olvidando y, cuando lo he leído, me ha hecho dar un respinguillo...

Nuestro abogado es gordete... Según él, muy gordete... Y se pone a régimen estricto. No le resulta muy fácil (¡cómo te comprendo Efrén...!) pero lo va llevando y lo que me encanta de verdad es que, cuando pide un café, pide un "triste", que es, a la sazón, un café con leche desnatada y sacarina. Pero, lo mejor es que hay algo peor que eso, un "desgraciado" que, además es descafeinado... ¡impresionante! ¡Me ha encantado!

Y hay una comparación muy buena, que vemos cada día en las noticias y que es una gran verdad: "Pero el dinero es como el chocolate: si lo tocas, te manchas. O manchas a los de al lado". Lo cierto es que yo debo de manchar poco... y así es mucho mejor...

Aparte de la trama, de los personajes, de todo lo demás, las pequeñas cosas que van apareciendo, las pequeñas reflexiones que van haciéndose los personajes, son lo que más me interesa (como casi siempre, la verdad). Y hay algo referido a la soledad que quiero dejar aquí: "Me refiero a la soledad absoluta y total. Conozco esa conmoción; te sientes como basura espacial orbitando por un cosmos que ni siquiera sabe de tu existencia". Buffff... a mí me ha puesto carne de gallina...

Queda claro que me parece un libro muy recomendable, ¿verdad? No hace falta que diga nada más: lo he disfrutado, lo he leído muy a gusto, no se ha hecho nada largo.. Y me ha dado una frase estupenda para cerrar.

Un cita de Epicuro de Samos que más de uno se debería tatuar en la frente escrita en imagen especular para poder leerla en el espejo cada mañana al levantarse y pasar al cuarto de baño: "Si quieres ser rico, no te afanes por incrementar tus bienes sino por reducir tu codica".

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