martes, 16 de julio de 2013

El vals lento de las tortugas (Katherine Pancol)

Ya ha llegado el veranito, algunos días de vacaciones y... hay que elegir libros de playa. En alguna ocasión he comentado que hay diferencia entre los libros de playa y los que no son de playa...

Bien: este sí lo es. Lo tengo en la estantería desde hace un tiempito pero estaba esperando a irme a la playa para empezarlo. Bien es verdad que un viaje en autobús de Madrid a Cullera ayuda mucho: da para acabar con más de 400 paginitas... El resto se lee bajo el sol o la sombrilla-

Ya había leído la primera parte: Los ojos amarillos de los cocodrilos. Tengo que decir que la primera parte me gustó más. Probablemente la razón sea que me sorprendió más la historia, que no conocía a los personajes, que era un poco más profundo que este... Sí, me gustó más.

Pero este no está mal. Se hace un poco largo algunos ratitos pero se deja leer. Son 795 páginas y ayer lo cogí en el bus cuando iba por la 203... eso lo dice todo. Y, eso sí, se puede leer sin haber leído previamente la primera parte. Probablemente costaría un poco hacerse a la idea al principio, pero se podría seguir sin problemas.

Lo que es verdad es que pierde un poco de fuerza y hay algunas partes que no están demasiado bien hiladas. Quiere incluir un poco más de misterio que la primera parte (porque algo más le tiene que meter puesto que ya nos ha presentado a los protas principales) pero está claro que no es una escritora de novela negra, o por lo menos, en esta novela no lo es. Faltan muchos detalles y cuando se llega a una conclusión es siempre un poco cogida por los pelos.

Los personajes son bastante curiosos. A Jo, la protagonista, la conocemos bien de la primera parte y a su familia, también. Pero el personaje de Luca, para mí, se queda cojo por todas partes. No sé si lo habrá dejado a propósito (hay una tercera parte que empezaré a leer mañana) o es que no ha sabido qué hacer con él.

A mi modo de ver, lo más alucinante es el personaje de Junior. Es el bebé del padrastro de la prota. No quiero contar mucho por si alguien lo lee pero se supone que es un bebé prodigio y... ¡puf!... las conexiones son "cósmicas". No me ha gustado nada, la verdad. Hace que la novela pierda unos cuantos puntos en mi valoración personal. Es posible también que nos quede un desenlace para la siguiente entrega. Pero, aunque Junior me cae bien (y sus papis también) no me ha gustado la idea.

Por cierto, me encanta el personaje de Du Guesclain, el perro... ¡qué chulada! Probablemente, sería el perro que a mí me gustaría tener. Y otro personaje interesante, que luego empieza a pasar desapercibido es el de la portera Iphigénie. De momento, con ese nombre tienes que ser importante. Pero, a pesar de ser secundario, es un personaje muy interesante. No sé, no sé, es posible que tenga algo que aportar también en la próxima entrega. [Es lo malo de los libros que se sabe que tienen más entregas: siempre hay cosas que se dejan para después y que, a veces, no se saben gestionar]

No es un libro que me haya dado para entresacar muchas citas, cierto es, pero sí me gustaría acabar con algo que me ha llamado la atención. Lo dice Shirley, la amiga inglesa de Jo (un personaje estupendísimo, por cierto): "¿Quién es normal, Jo? ¿Quién no lo es? Who knows? ¿Y quién decide la norma?" La frase da para escribir un libro.... ¿o no?

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