domingo, 22 de mayo de 2016

Historia de un canalla (Julia Navarro)

Un tarde mi marido, es un cielo, apareció por casa con el nuevo libro de Julia Navarro. A él le gusta mucho como escribe y sabe que a mí también, así que lo vio el día que salió y me lo compró...

Y el libro no me ha decepcionado en absoluto. Es cierto que es diferente de los otros que he leído suyos, pero me ha gustado mucho.

El título lo dice todo: es la historia de un canalla. Pero un canalla de los de verdad, de los genuinos, de los auténticos, auténticos... ¡vaya pedazo de... (me lo callo)!

Hace poco hablaba con la mamá de un compañero del equipo de rugby de mi hijo y me decía que ella lo había tenido que dejar porque no lo soportaba. No sé, es cierto que el libro es largo pero a mí me ha gustado y no he sentido la necesidad de dejarlo en ningún momento.

Es verdad que el prota, Thomas, es odioso y quizá sea por eso por lo que Pilar tuvo que dejar de leerlo. Yo, por mi parte, lo que quería saber es qué era capaz de hacer y cómo se iba a comportar con él el resto de la gente que estaba a su alrededor.

Thomas se llama en realidad Tomás pero como odia el pasado hispano de su madre, no permite que nadie le llame así. Lo peor es que sí tiene aspecto latino, al contrario que su hermano Jaime que es un poco lo que él querría haber sido: guaperas, listo, trabajador, encantador... En un principio, da la sensación de que tiene envidia pero luego te das cuenta de que no es eso exactamente... Es algo más profundo: es que es un auténtico canalla.

La relación con sus padres es penosa, especialmente con su madre, Carmela. Vamos, que los programas esos tipo Hermano mayor se quedan en nada comparado con lo que la criaturita hacía con la familia...

En definitiva: una joyita.

Todo el libro narra su historia, su vida y sus relaciones personales.

Y la autora hace un análisis del personaje impresionante.Pero lo curioso del caso es que no he sido capaz de adivinar sus reacciones en muchos casos, a pesar de que creo que he llegado a conocerle muy bien.

Para hacernos una idea, el propio autor dice: "Pero ya lo he dicho, soy como los escorpiones, solo un estúpido se fiaría de mí".

Y también nos cuenta: "... el mal me produce indiferencia y que yo mismo me he deslizado demasiadas veces por el tobogán que conduce a esa antesala del infierno desde la que procurar el dolor a los demás".

Aparecen personajes muy interesantes, entre ellos Esther, la "pareja" de Thomas y quizá la única persona que es capaz de soportarle. Y Paul, el director de la academia de publicidad en la que estudió y en la que conoció a Esther.

También me gusta mucho Bob, un periodista que tiene una idea romántica del periodismo pero que es la idea que a mí más me cuadra. Aunque luego le haya tocado hacer cosas que no estén muy de acuerdo con esa idea. Porque para él, aunque desarrolla la idea mucho más, "yo entiendo el periodismo como un compromiso."

Otro personaje importante es Roy Parker, el político inglés que contrata a Thomas para su campaña. Después de analizarle a conciencia, le explica por qué le ha elegido a él y le describe de maravilla: "Porque usted es un hombre sin principios pero inteligente y cobarde. Llega al límite pero sin sobrepasarlo. Su instinto de supervivencia le hace frenar cuando llega al borde del abismo."

La cuestión es que Thomas sabe como es, se conoce bien, pero va buscando la opinión de los demás. Y cuando le pregunta a Paul, después de muchos años de amistad y trabajo en común, la respuesta que recibe es: "Un tipo muy complicado lleno de complejos, inseguro, malvado y además no eres precisamente un adonis. En realidad eres un canalla". Y lo borda, claro.

Durante todo el libro, me sorprende por qué Esther sigue ahí, con él, sabiendo cómo es... Para mí es un gran misterio. Porque ella no quiere estar con él por su dinero (el de familia y el que luego gana él por sí mismo, desde muy joven), ni porque le necesite profesionalmente (aunque hagan un buen equipo),... No sé, me quedaré con la duda. Como decía aquel, "siempre hay un roto para un descosido".

Recomiendo leerlo, de verdad. Sí, claro, lleva un poco más de tiempo que un libro normal, porque mi edición tiene la friolera de 863 paginitas de nada... Pero creo que merece la pena. Julia Navarro escribe de maravilla y aquí nos los vuelve a demostrar.

Termino con una reflexión de Esther que me ha parecido muy interesante: "Todos debemos algo a alguien. Sí, la vida es una deuda permanente con otros, con los que nos dan generosamente su amor, ya sean nuestros padres, nuestros amigos o nuestros hijos. Debemos hacer las cosas porque están bien, pero íntimamente siempre esperamos una recompensa; en el caso de los afectos, que al menos nos devuelvan el mismo que hemos recibido".

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