sábado, 15 de febrero de 2020

La cara norte del corazón (Dolores Redondo)

Otro libro que me trajeron los Reyes, supongo que porque me he portado muy bien, como siempre...

Y se lo agradezco muchísimo porque lo he disfrutado un montón. Me ha gustado muchísimo.

Vamos a encontrarnos con Amaia Salazar mucho antes de los crímenes que se relatan en la Trilogía del Baztán. En este momento, 2005, nuestra prota está en Qantico, participando en un encuentro formativo.

Se va a ver envuelta en la búsqueda de un asesino en serie al que llaman "el compositor", que siempre sigue un ritual tanto para elegir a sus víctimas como para colocarlas después del crimen y que, además, siempre actúa cuando se producen desastres naturales.

Justo cuando va a marcharse a Nueva Orleans para continuar con la investigación, recibe una llamada de tía Engrasi (a la que ya conocemos los que leímos la trilogía) para decirle a Amaia que su padre está a punto de fallecer y que si quiere verle vivo, tiene que volver inmediatamente... Curiosamente, Amaia decide quedarse...

Vamos a tener varias novelas en una. Por un lado, la búsqueda de "el compositor", que va a tener lugar durante el huracán Katrina. Por otro lado, nos encontramos un caso de desapariciones relacionadas con el vudú. Y, por último, la historia paralela de Amaia durante su infancia, que tiene su punto, la verdad.

Ya conocíamos a nuestra prota pero, por si acaso: "Amaia Salazar, veinticinco, estudió en la Universidad Católica de Loyola en Boston: Derecho y Ciencias Sociales y del Comportamiento, se especializó en comunicación no verbal científica y criminología, y fue la primera de su promoción. Completó sus estudios universitarios cuando regresó a su país, antes de ingresar en la policía".

Vamos a conocer al agente Dupree, jefe del equipo y a los agentes Johnson y Emerson, la agente Tucker y a los inspectores Bill y Bull, que trabajan en Nueva Orleans.

Aparte de la trama de la novela, que es espectacular, me ha impactado mucho el efecto del Katrina y cómo tuvo que organizarse la gente en aquel momento, cómo no somos nada cuando la madre naturaleza decide que quiere hacer de las suyas... Creemos que lo podemos todo y en realidad, no podemos nada... Hay escenas realmente escalofriantes, maravillosamente descritas, por cierto.

He aprendido muchas cosas, entre ellas, lo que es el Síndrome de Cotard: "...conocido como delirio de negación o delirio nihilista: las personas que lo padecen creen estar muertas". Y una estadística interesante: "...en el ochenta por ciento de los crímenes en los que aparece un aspecto místico, mágico o satánico se trata de acciones destinadas a confundir. (...) Solo dos de cada diez casos son, en realidad, crímenes rituales".

También me ha quedado clara la diferencia entre rapto y secuestro: "Y fue un rapto, no un secuestro. Los que se la llevaron no querían nada a cambio porque no tenían la intención de devolverla".

Uy, y me ha hecho mucha gracia que aparecieran Pikachu y Charizard... ¡Pokémon en la novela!

Una cosa que me ha hecho pensar es cuando dice: "Pensó en cómo las circunstancias nos llevan a aceptar como admisibles las mismas cosas que veinticuatro horas atrás habríamos jurado no hacer jamás". Nos pasa muuuuuuchas veces... Las circunstancias nos hacen cambiar la percepción de las cosas, aunque estemos convencidos de que a nosotros eso no nos va a pasar nunca.

El personaje de la tía Engrasi es maravilloso. Es una mujer estupenda se mire por donde se mire. Ya la conocíamos y en esta novela vuelve a subir un escalón.

En fin, que hay que leer la novela sí o sí. Se lee maravillosamente bien, tiene una trama que te atrapa desde el principio y la historia de Amaia en Elizondo que va entrelazándose que la trama principal es increíble.

Y cierro con una reflexión de la tía Engrasi que es genial y que yo ya he utilizado pero formulada con otras palabras: "Hay que hacer lo que hay que hacer".

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