sábado, 9 de marzo de 2019

Reina Roja (Juan Gómez-Jurado)

Lo sé, lo sé... Como diría aquel, "mal, mal, fatal"... Llevo muchísimo tiempo sin escribir reseñas (que no sin leer, eso no). Pero se han ido complicando las cosas en estas semanas y no me ha dado la vida para mucho, y menos para escribir reseñas, claro.

En fin, que esta maravilla me la trajeron los Reyes, fundamentalmente porque he sido muy buena. No tiene mérito decir que me ha gustado mucho porque soy seguidora incorregible del autor. He leído todas sus novelas (no las juveniles, esas no...) y me gustan todas. Así que, esta no podía ser menos.

El autor nos presenta una novela policíaca, de intriga y misterio, ambientada en Madrid, con unos personajes absolutamente fabulosos.

Nos encontramos con Antonia Scott y Jon Gutiérrez que, sobre el papel, deberían ser como el agua y el aceite pero que, poco a poco aprenden a estar juntos y trabajar en equipo. Ella es una mujer muy, muy especial, con una capacidad intelectual muy por encima de la media que fue reclutada para participar en el proyecto Reina Roja.

Él es un inspector de policía que está suspendido de empleo y sueldo por un pequeño error sin importancia... Es un hombre encantador, gay, que vive con su madre (que es total...) y que "no está gordo". Cada vez que lo dice que son unas cuantas veces, me acuerdo de Cartman de South Park: "yo no estoy gordo, estoy fuertecito".

Para ponernos en situación hay que saber un poco qué es el proyecto Reina Roja: "El proyecto comenzó como un experimento. Una división central y una unidad especial en cada país de la Unión Europea. Con objetivos muy especiales. Objetivos que había que mantener ocultos a la opinión pública (asesinos en serie, criminales violentos especialmente escurridizos, pedófilos, terroristas)". Antonia ha colaborado con el proyecto hasta que su marido Marcos sufre un ataque (del que ella se culpa) y le dejó en coma 3 años atrás. Desde entonces, pasa la mayor parte de su vida en el hospital y el resto, en un piso medio vacío en Lavapiés.

De repente, surge un caso que requiere de las capacidades especiales de Antonia y deciden que Jon es la persona indicada para convencerla de volver y para ayudarla en el caso.

Hasta aquí puedo leer... No se puede contar nada más, solo que hay que leerlo sí o sí...

Además, hay otros personajes geniales, como la abuela de Antonia, Georgina Scott, que a sus 93 años siempre tiene una copa de vino en la mano. O el capitán Parra, un "chulo-piscinas" que es majete en el fondo, responsable de la Unidad de Secuestros y Extorsiones, que tiene una frase magistral: "...te juro por mi suegra, que en paz descanse pronto...". También me ha gustado Lady Bug, que se llama en realidad Laura Martínez, tatuadora, que tiene a sus clientes TIB (Turistas Idiotas Borrachos).

Jon es un hombre con una filosofía muy peculiar, por muchas cosas. Además "sabe reconocer a una mujer enfadada por detalles sutiles como ir pisando el suelo como si fueran cráneos enemigos". Y con Antonia me siento plenamente en sintonía: "Soy malísima con las plantas. Las mato todas. En serio, es un superpoder."

Me ha encantado la definición de think tank: "...es un montón de capullos universitarios ricos que creen que saben mejor que nadie lo que más le conviene al mundo".

Me estoy alargando mucho y no estoy diciendo nada... hay que ver qué cosas me pasan... Y lo mejor es que no voy a decir nada más.

Solo recomendar una vez más que se lea el libro. De verdad, no se puede dejar de leer, es entretenido, trepidante, interesante y está maravillosamente bien escrito...

Y cierro con una reflexión que me parece real como la vida misma: "Luego se detiene, pues vuelve a descubrir una verdad universal que olvida cada día cuando se acuesta. El mundo está manejado por los mediocres, los egoístas y los idiotas. Muy especialmente estos últimos."






1 comentario:

  1. Habrá que leerlo... aunque ahora estoy enganchada a los de María Oruña: ¡qué buenos!

    ResponderEliminar