Este es uno de los libros que me han traído los Reyes. Y, además, es muy, pero que muy especial porque es el libro que mis hijos han puesto en SU carta. No lo esperaba para nada, no tenía ni idea de que ellos también habían escrito una carta, así que la sorpresa fue increíble.
Y, claro, tenía que ser el primero que leyera nada más terminar el que tenía empezado. El segundo será el segundo de la saga, que también estaba en la carta (uno era para papá y otro para mamá, por supuesto, pero los libros están para compartirlos...). Como nos dice el propio autor: "Tienes que recordar una cosa: el final de una historia no es más que el comienzo de otra".
Los chicos andaban un poquillo preocupados porque decían que no es el tipo de literatura que leemos habitualmente pero no se atrevían a pedir otro porque pensaban que no iba a acertar o lo íbamos a haber leído ya.
Si bien es cierto que no es el tipo de novelas que yo leo habitualmente, también es cierto que me ha gustado, me ha gustado mucho.
Lo primero que se encuentra el lector es: "Empecemos por el fin del mundo. ¿Por qué no? Superémoslo y pasemos a cosas más interesantes". Con esa frase ha captado toda mi atención, la verdad. Me ha parecido muy impactante.
Para ponernos en situación, nos encontramos en un mundo llamado la Quietud que, paradójicamente, está siempre en movimiento. Además, estamos al principio de una estación. De acuerdo a un proverbio de las Árticas: "Invierno, primavera, verano, otoño. La muerte es la quinta y la que controla todas". Lo sé, la cosa no parece muy divertida... Pero es muy interesante.
Cuesta un poco ponerse en situación. Lo de la estación es un poco "diferente" a lo que nosotros pensamos que es. Aquí, una estación es algo como: "...la tierra se quebró por algún lugar y escupió hacia los cielos cenizas y gas venenoso, lo que dio como resultado un invierno oscuro que duró años o décadas en lugar de meses". Al final del libro nos encontramos una cronología para que nos situemos en las diferentes estaciones.
Me ha gustado mucho cuando el autor nos va contando cosas de las ciudades... Y nos habla de una construcción de obsidiana que debe de ser muy majestuosa y muy bonita: "La Estrella Negra es el lugar en el que los líderes del Imperio se reúnen para hacer sus cosas de líderes". Si no supiera que no he sido yo la que lo ha escrito, tendría mis dudas... Lo podría haber dicho yo perfectamente.
Vamos a aprender muchísimas cosas: las siete castas al uso (innovadores, resistentes, líderes, sementales, guardianes, lomocurtidos y orogenes), las glándulas sesapìnales, el Fulcro.... Si, lo sé, suena a música celestial pero no es tan complicado como parece.
También vamos a conocer a muchos personajes y su historia presente y pasada. Como centro tenemos a Essun y a sus hijos Uche y Nassun. Empezamos la historia con la muerte de Uche, con solo 3 añitos a manos de su padre Jija. Poco a poco vamos comprendiendo por qué lo ha hecho y acompañamos a su madre en la búsqueda de su hermana.
Essun es una orogén y sus hijos también y son un "peligro" para el resto. Iremos descubriendo lo que eso supone, y será la propia Essun la que lo intente explicar: "La orogenia es una ecuación extraña. Se alimenta del movimiento, el calor y la vida de tus alrededores; lo amplifica todo mediante un proceso de concentración, catálisis y un azar casi predecible; extirpa el movimiento, el calor y la muerte de la tierra. Pierdes poder por un lado, ganas poder por otro."
La casta de los Guardianes también es muy peculiar. Conoceremos a varios, pero sobre todo a Schaffa, el Guardián de Damaya... Aparecerá más de una vez en nuestra historia.
Hay un personaje que (creo) el autor quiere que nos caiga mal, pero conmigo no lo consigue: Alabastro. Un orogén decanillado (¿a que parece que estoy hablando en otro idioma?), instructor de Sienita (tetranillada ella...) que tiene que cumplir una misión y, además, tiene que tener un hijo con ella para conseguir que sea tan especial como ellos dos.
Hay muchas cosas muy interesantes, como una reflexión de Essun: "El hogar la definen las personas (...). El hogar es lo que llevas en tu interior, no lo que dejas atrás".
¡Ah! Y es genial... ¡Qué improperios más chulos!: "¡Anda y que se oxide!" o "al óxido".. Estoy pensando en empezar a usarlos yo.
Cierro ya porque me alargo, como casi siempre. Y lo hago con un pensamiento interesante, no sin antes recomendar dedicarle un ratito a la lectura de este libro, que es muy interesante y muy entretenido: "El mundo no es justo y, además, a veces no tiene sentido".
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